Hace algun tiempo sweena me regaló esta imagen...
Me encantó! mi ropa interior, combinada a la perfección con la espiral sangrante de debian, con esa pequeña cruz que le daba un poco de radicalidad al (un poco difuso) contenido político de la instantánea. Eso de colocar el logo de debian entre mis piernas me daba cierto... no sé, ¿poder?
Para mi, usar debian siempre ha tenido este matiz: el poder de controlar el conocimiento. Debian no es tan difícil, pero es cierto que implica cierto esfuerzo, una voluntad de conocer y entender, un querer imponerte a ese software que te habla tan raro. Paquetes, modulos y librerias, lenguaje C y scripting, compilar... mmmm, que maravilla! he pasado noches enteras en las que se me nublaban los ojos.
En Generatech conocimos a una desarrolladora de debian, pertaneciente a Debian Woman. Me encantan estas mujeres... correteando en un mundo lleno de hombres (entre los developer de debian, solo el 1% son mujeres). Si es cierto que normalmente huyo de los espacios creados a partir de la exclusión (sobretodo los feministas) estas geeks no dejan de asombrarme y no puedo dejar de sonreir ante el Bug#263084. Porque los espacios que sirven para enpoderarnos se vuelven estériles si no somos capaces de trasmitir mas allá de nosotras mismas. Que basta ya de autoconsumo y autoreferencialidad, vaya.

