"Felatio, el ultimo acto de confianza" un dicho precioso que atribuyen a Einstein, pero que más da! Dicen también que en el Egipto antiguo había gente que las llamaban Filastrices, la más famosa de ellas era Cleopara. Filastrices profesionales, sabias y cachondas. Desde donde estaba de rodillas Cleopatra vamos a mirar la realidad socio-política del sexo oral masculino, una mirada critica aunque de rodillas. Echar desde allí una mirada hacia arriba, hacia el poder machista y masculino en nuestras relaciones sexuales.
¿En una batalla campal de poder, quien gana, los dientes afilados o una polla dura? Hasta con dientes rotos y con mil carias, ¿quien gana? Una pregunta que sume un acto sexual donde el hombre chupado siempre juega (y cree) el rol del dominador, y muy a menudo saca actos machistas aprendidos de películas porno cualquiera.
Mujeres, maricas, queers, trans y más identidades de quien chupan pollas han vivido momentos en que este acto fue la base de cantidad inmensa de insultos, sin olvidarnos de la violencia física. ¿Por que? ¡y como puede ser que la persona que esta en peligro en esta relación, el chupado, se siente poderoso en el acto mismo que pone el centro de su obsesión masculina en peligro! Una realidad tan absurda y una socialización aun más absurda.
Siempre hemos sido insultadas y atacadas por un arte de placer muy intenso, y fuimos socializadas para tomarlo como un acto de debilidad, de sumisión pasiva y muchas veces humillación... hasta que recibir los abusos verbales mientras que estamos en el acto se ha convertido en una regla y ya no es solo un juego placentero. A muchos hombres les escapan de la boca insultos machistas y sexistas mientras que les estamos comiendo la polla. Muchos de ellos sienten dioses, reyes, maridos sagrados y super-novios. Muchos de ellos cierran los ojos pensando que otra vez han logrado tomar el espacio, han logrado poner de rodillas al mundo entero. ¿Pero es así?
No lo creo, a ver, lo explico! Intentad una vez mientras que coméis la polla morderla un poco fuerte y vais a ver que con un mordisco potente se partirá en dos. Una parte en vuestra boca, y una parte inútil sangrando el machismo misógino y patriarcal. Allí veréis quien tiene el poder, y veréis lo absurdo que es este mundo. Lxs diosxs rabiosxs son esclavas, y los imbéciles dictan las reglas del juego.
Muchas veces nos pensamos según sus reglas, sus criterios, sus imágenes plantadas profundamente dentro de nostrxs. Pues ya es la hora de cambiar el chip, y marcar las posiciones bien... recordándonos y recordando el señor macho que en un movimiento sencillo se cierren los dientes y se acaba todo... hummm que rico este ultimo trago, este ultimo mordisco de carne viva. Un acto sencillo de rebeldía, una simple accion directa de cuatro pasos: abre la boca, mete la polla, cierre los dientes, estira con la cabeza hacia atrás y de un lado al otro... y adiós macho!
