Pensaba que me seguian, que no iba a poder desprenderme de esa sensación de estar vigilada, como si alguien caminara por encima de mi cuerpo sigilosamente y se escondiera cuando reacciono.
Me habia acostumbrado, ya empatizaba con ellas, incluso había encontrado afinidades.
Hemos pasado mucho tiempo juntas, y las he estado observando, todas adorábamos las máquinas y por ende nos encontrábamos calentitas y electrificadas delante, debajo o dentro de mi ordenador, o cerca de los discos duros, las baterias, las impresoras, los routers, ...
El dulce, era otro de nuestros gustos compartidos, aunque algunas acabaron muertas dentro del bote de miel o con el pancreas cristalizado de tanto azucar.
La sangre,... bueno no me bebo mi sangre menstrual, solo me chupo cuando me hago un corte, tampoco voy dando bocaos a lo vampiro, pero me gusta su falta de respeto y que vayan mordiendo la carne de qualquier cosa que se mueva.
Han sido unos cuantos meses de convivencia, primero llegaron las cucarachas dentro de un horno, después vinieron las pulgas del gato del vecino, este verano he compartido cama con las hormigas de mi madre. No sabia si denominarlo plaga, pero según wikypedia sí lo es:
He tenido picores varios con sus ronchas y rojeces, he pasado noches de insomnio esperando a que me cayera una cucaracha en la cara, me embadurné con alcohol el cuerpo para que las pulgas dejaran de morderme, he arrojado bombas en mi piso a altas horas de la noche y matado hormigas con el culo cuando las encontraba en la taza del water. Hasta que un dia de histeria acabé rociando mi portatil con cucal!
Cuando llegaron los ratones, les abrí la puerta, adelante chicos! esta es vuestra casa. Los degollé el dia que se acabó el tiramisú.
He estado muy paranoica con esto, pensando que era mal de ojo o bien algo parecido a las diez plagas de Egipto.
No se que va a pasar ahora, me he cambiado de casa, de barrio, y parece que me está cambiando hasta la voz. De momento no he visto bichos,...
tan sólo un mosquito que me hace compañia por las noches.
