Viniste a la acción como quien va a quemar la ciudad. Tan activista, tan radical, tan... tan atractivo. Nos conocemos desde hace tiempo, pero ayer fue el día de la seducción. Pensé en decírtelo allí mismo, y clavarte un beso delante de toda la gente, para asegurar un polvo por la tarde. Pero como siempre, me avergoncé.
Mientras, tu hablabas con tu móvil, te hacías el despistado, como si no vieras nada. Pero nuestras miradas se encontraron en al menos tres ocasiones. Me hablabas, y yo solo podía sonrojarme. Tontamente, contestaba a tus preguntas creyendo que pensarías que soy estúpido. No sabía que hacer para mantener la conversación. Preguntas sin sentido, comentarios que pretendían ser divertidos,... Todo era válido para seguir a tu lado.
Se que no debo hacerlo, pero volví a clasificarte. Dudé, pero definitivamente pensé que eras un "hetero con dudas". Eso sí, de los que se dejan chupar la polla. Ahora no es como antes, hay muchos heteros que el tema de chupar pollas lo llevan muy bien.
Yo este fin de semana, marcho del país. Me voy de vacaciones con otro hombre. Pero a la vuelta, sacaré todas mis armas de marika, para traerte a la cama, para arrancarte la ropa, y quemar juntos las calles después de derrochar toda nuestra lefa sobre nuestros cuerpos ardientes de deseo, carne, y sexo.